Manifiesto

¡¡¡Oíd Guerreros la llamada de las Armas!!!


Unámonos contra la Indiferencia, la Cobardía y lo Mezquino.

Luchemos contra las Falsas Apariencias, la Hipocresía y la Soberbia.

Defendamos el Libre Pensamiento, la Diversidad, y la Belleza de lo Espontaneo.

Seamos Fuertes en las horas Débiles y Nobles en momentos de gran Poder, Respetemos el Contrincante pero siempre firmes en nuestras Convicciones.

Cabalguemos Raudos en cada Batalla en Pos de la Victoria, sin Miedo a la Derrota, ni a la Muerta, pero Pavor ante la Deshonra.

Venzamos a la Adversidad y al Infortunio y Dobleguemos al Destino con Perseverancia y Valentía.



¡Guerreros! Es hora de la Emancipación.
Que tiemble la tierra bajo nuestros pies.

¡¡¡BRAVUM!!!

¿Por que corro?

Corro por que puedo.
Corro por que quiero.
Corro, corro y corro
Y no parare de correr,
mientras mi cuerpo pueda,y yo asi lo quiera.
No corro de nada ni de nadie.
Corro hacia metas muy lejanas y dispares.
Corro en busca de sensaciones y emociones.
Corro hacia delante.
Corro en busca de la libertad.
Corro hacia la magia de lo divino.
Corro en busca de un momento poderoso
de pisada liviana, casi volando.
Corro hacia el infinito.

miércoles, 26 de enero de 2011

El Yeti Trail, 27 de Noviembre 2010.


El Yeti Trail.
Después de un año prácticamente sabático por diversas razones, tenía ganas de correr alguna carrera interesante así que me apunte a la primera edición del Yeti trail en la Sierra Espuña (Murcia).
Entrene específicamente con muchas ganas y sin contratiempos durante las siete semanas antes del Maratón y llegue a Murcia a finales de Noviembre en una forma aceptable y con ganas de poner toda la carne en el asador. La noche anterior estuvo lloviendo sin parar y el día de la carrera amaneció frio y lluvioso. No exactamente lo que esperaba en Murcia, Pero el clima es una variable impredecible e incontrolable como muchas otras en una Maratón.
Con todos los corredores bien abrigados se dio la salida puntual a las 9:00am. Se salió bastante tranquilo por las calles de El Berro y yo tenía muy clara mi estrategia, básicamente me arriesgaría detrás del primero hasta que el cuerpo aguantara.
En el kilometro uno nada más salir del pueblo por una pista descendiente y algo embarrada un corredor salta en solitario y yo por supuesto lo sigo. Muy pronto enlazamos con una senda serpenteante que transcurría por un bonito pinar y yo y el primero nos separamos bastante del pelotón a un ritmo bastante tranquilo y con muy buenas sensaciones. Después de 40 minutos llegamos al primer avituallamiento y parecía que llevábamos una ventaja considerable, la confianza me desbordaba y decidí poner me por delante sin tan siquiera parar a beber. El terreno sin ser excesivamente técnico era bastante duro con continuos toboganes y muy sinuoso, íbamos subiendo y hablando a la vez, parecía que los demás estaban a años luz.
Entonces en un repecho muy fuerte por el kilometro 12 mi compañero de fuga aprovecha un despiste mío y acelera el ritmo, dejándome atrás. Se me distancia pero me encuentro bien y todavía quedan muchos kilómetros por delante. En un falso llano con buena visibilidad compruebo que el líder me aventaja por muchísimo más de lo que yo me imaginaba al no poder tan siquiera verle. Me resulta algo extraño al estar corriendo a muy buen ritmo.
Entonces corono una cima y pierdo de vista las cintas. Me paro, bebo y me recompongo sin prisa, grito un par de veces al no ver ninguna cinta en un sitio donde obviamente debería haber varias. En breves segundos pasan dos corredores algo más abajo gritando me, les sigo y vuelvo a ver cintas. Menos mal!!. Ninguno de ellos es el que suponía en cabeza y al enlazar con ellos me dicen que voy tercero. El Primero se ha tenido que perder!!. Sigo al segundo de los corredores pero su ritmo es algo lento y le adelanto en busca del primero, estoy pletórico y con muchísima confianza.
Durante los próximos kilómetros, bastante duros y muy técnicos por un chaparral repleto de piedras calizas, raíces y ramas mantengo mi posición. Por fin empieza la bajada y aunque me adelanta un corredor en un tramo algo complicado, en el kilometro 18 sigo segundo en la clasificación y aunque el primero parece estar ya muy lejos sigo encontrándome fuerte y corriendo a un ritmo relativamente cómodo. Al empezar la segunda gran subida se me une un chico alto y muy fino que parece estar en muy buenas condiciones, nos vamos juntos para arriba y aunque le dejo un poco en la larga subida se me une de nuevo para correr juntos durante la larga bajada, súper técnica e incluso algo peligrosa.
Después de varios sustos en el kilometro 26 cerca del final de la bajada tropiezo y me lanzo hacia delante cayendo bruscamente, me levanto inmediatamente comprobando que milagrosamente no me hecho daño aunque se me ha subido el gemelo derecho y por unos segundos aparte del dolor el musculo se me queda tenso y fuera de lugar. En cuanto se me relaja un poco el musculo puedo seguir trotando, aunque ahora tercero y con un buen susto en el cuerpo.
Los próximos kilómetros transcurren por carretera o llaneando al lado de ella, así que yo los utilizo para relajarme y contener el daño en el gemelo que está bastante fastidiado. Inmediatamente me empiezan a pasar corredores, hasta llegar al kilómetros 28 donde hay un avituallamiento y empieza una gran subida con aspecto intimidante. El mundo se me viene un poco encima, en pocos minutos he pasado de ir segundo con sensaciones pletóricas a encontrarme octavo con un fuerte dolor en el gemelo y un bajón físico y psíquico considerable, mientras lleno mi bidón me dice la voluntaria que toca 700 metros de desnivel, miro hacia arriba y suspiro desmoralizado.
Sin embargo, cómo no!, empiezo la larga marcha hacia la cima. Resbala!, hace frio!, la inclinación parece imposible!. Mi ritmo es penoso, y mi visión periférica se hace algo borrosa. Sigo adelante!. A mitad de subida oigo un corredor que se aproxima por detrás preguntándome se estoy bien. Le contesto que si, aunque de eso no estoy tan seguro. Me paro, respiro, bebo mucho, me aprieto los cordones de las zapatillas y sigo hacia arriba. Me adelantan algunos corredores, ya ni les cuento. Solo quiero acabar.
En la última cima donde corría un aire “mata cabras” me informan que voy el 13º, me da igual, solo quiero bajar de aquí y calentarme un poco. Al menos puedo correr, y así me voy calentando y por fin me encuentro mejor. Llego a una pista donde empiezo a correr a un ritmo decente hasta que llego a un avituallamiento donde sigo posicionado el 13º y me informan de que quedan 5 kilómetros. Empiezo a apretar el ritmo en busca de la meta. Incluso adelanto a varios corredores y vuelvo a sentir esas fantásticas sensaciones de plenitud. A lo largo de un último tramo precioso dentro de un barranco frondoso me recompongo casi totalmente para entrar en meta esprintando y con buenas sensaciones. Misión cumplida!. 5 horas y 15 minutos de carrera!. Puesto 10º.
Una Memorable Eternidad de Sensaciones y Emociones.
Gracias!

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