Travesera integral de Picos de Europa

8ª TRAVESERA PICOS DE EUROPA -25 Junio 2011

Bueno chicos, pues hoy he terminado con la última de las metas que me había propuesto allá por Febrero; en el que después de un periodo de inactividad me planteé hacer las pruebas que más me gustan del calendario. Yo creo que las he culminado decentemente, aunque sí me hubiese gustado estar en mejores condiciones.

En este caso, toca la Travesera de Picos de Europa, el viernes salimos lo antes posible para poder recoger el dorsal, comer, prepararme para el evento y a ser posible descansar algo, ya que la salida se va da a las 24h del viernes.

Llego a Poo de Cabrales a recoger el dorsal a las 18h30 aproximadamente, el tema está tranquilo, saludo al incombustible Toni que está al control de dorsales, saludo a los corredores que conozco con los cuales hacía mucho tiempo que no coincidía, decidimos ir a Covadonga a dar una vuelta por la basílica y después “encomendarnos a la virgen”. Bajamos al aparcamiento del Repelao, tomo una merienda-cena y me visto para el combate, a media hora de la salida aparece Angel de Uña, que este año también se ha planteado darse un paseo por Picos de Europa; vamos a la salida, la organización nos da una descripción del recorrido, y nos van llamando para colocarnos en la línea de salida, ¡ufff!! ¡vaya horas para ponerse a correr!, no hace frío (19ºC), nos espera una noche muy buena para correr. Suena el pitido de salida, los primeros salen escopetados, yo no estoy en condiciones de seguir este ritmo y decido a escasos metros de la salida seguir mi ritmo y dejar que el cuerpo me vaya diciendo lo que tengo que hacer. Abandonamos la carretera y tomamos un sendero, empiezan los codazos, los de atrás quieren pasar a toda costa, me resbalo en varias ocasiones y meto las piernas en agujeros llenos de barro, pero subiendo llegamos a los Lagos y el primer avituallamiento, cojo líquido, saludo a los “fans” y a correr por un tramo de pista. Abandonamos la pista y subimos al Refugio de Vegarredonda, no sé ni dónde voy, sólo se ve lo que alumbra el frontal y las lucecitas rojas del camino y de otros participantes, voy en soledad pero llegando al Boquete me da alcance Amador, va un rato conmigo pero en la bajada de Mesones él se lanza al vacío y yo bajo con mucho miedo, entre la falta de luz, las piedras, la hierbas y la pendiente, acabo tocado psicológicamente. Llego a Caín con otros participantes, allí nos espera otro avituallamiento, cargamos pilas y hacia la canal de Dobresengos, me quedo solo otra vez, tomo mi ritmo, va amaneciendo y llegando a la parte alta de la canal me quito el frontal, enfilo hacia la Horcada de Caín, este año no hay nieve, tendré que luchar con las piedrecitas, voy bien pero algo peor de lo que esperaba. Llegado al Refugio de Bulnes decido tomarme el avituallamiento con calma, me tomo un refresco y me tomo mi tiempo para recuperar un poco mientras los corredores van llegando y saliendo, finalmente decido continuar poco a poco hacia la subida de la canal de la Celada, y de aquí a Collada Bonita, tampoco hay nieve por lo tanto a luchar con la arena (dos pasos para arriba, un paso para abajo), en Collada Bonita un vistazo al Naranjo, un respiro y para abajo, la bajada por Moñetas se me hace muy larga y tediosa, no me encuentro nada bien, al llegar a las Vegas de Sotres me tomo el avituallamiento con calma, el calor empieza a apretar, después de un rato decido ir poco a poco al Canalón de Jidiellu, comienzo tranquilo pero a medida que subo veo que se me está haciendo muy largo y decido ponerme a la sombra de una roca y descansar, el participante que viene detrás de mi llega a donde estoy y al verle pasar decido seguir poco a poco, al llegar al collado de Valdominguero me tumbo en la pequeña pradera que hay, los chicos de la organización que hay allí me dan agua y nos echamos unas risas. Al cabo de un rato comienzo la bajada, hay mucha piedra y no controlo muy bien, por lo cual decido hacerlo andando pero lo más rápido posible. Al llegar a la pista, me pongo a correr a trote, pero noto que el aire no me llega las piernas, es cuando me doy cuenta que estoy agotado, llego a Jitu Escarandi, como en otros avituallamiento me tomo con calma mi refresco, como algo y cuado me encuentro un poco mejor decido hacer el resto del camino andando. En teoría es todo bajada pero estos kilómetros finales desde el Jitu se convierten en una tortura, son un sube y baja constante, y hace un calor, el estómago parece un balón, al llegar a lo alto de una subida y ver que sigue la rutina de toboganes, grito al viento mi desesperación, con tan mala suerte que estaban unos chicos de la organización que intentaron aliviar mis males, pero yo entré en ira y les contesté un poco de mala manera, cuento esto para pedirles perdón por este hecho y espero que no me vuelva a ocurrir.. Finalmente llego a un punto en el que veo Arenas, donde termina la prueba, comienzo a bajar y parece que el pueblo no se acerca, un participante con algo más de fuerzas que yo me pasa, me lo tomo con calma y finalmente llego la entrada del pueblo, me animan a terminar correteando, pero las piernas no me lo permiten, al llegar al puente me reciben mis niñas que me encaminan a la meta. Terminé, ¡este año me ha costado un montón!, de esta forma se valora más el esfuerzo.
Hasta el próximo año.